Fernando de Yarza, presidente de HENNEO, ha reflexionado sobre la actualidad del sector de los medios de comunicación en su intervención durante el Forum de la Nueva Comunicación.

Discurso completo:

Señora presidenta del Congreso

Señora presidenta de la Comunidad de Madrid

Señor presidente del Gobierno de Aragón

Señora ministra de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente

Señora ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

Señores secretarios de Estado

Presidenta y vicepresidente de HERALDO

Autoridades, señoras y señores, amigos todos

Quiero, en primer lugar, agradecer al Forum de la Nueva Comunicación, muy especialmente a su presidente, querido Jose Luis, y también a su patrocinador, Vodafone, que lo hace posible, que me hayan dado la oportunidad de estar hoy aquí presentando a Encarna Samitier.

Como se pueden imaginar, la conferenciante de hoy es especial para quien les habla, alguien muy querida en lo personal y a la que admiro profundamente en lo profesional.

Los jefes somos en general austeros en el elogio con nuestros más estrechos colaboradores y si resulta que además son  competentes, leales y comprometidos como nuestra ponente, tenemos la tenencia natural de obsequiarles con cuantos proyectos y misiones imposibles que pasan por nuestras manos; por eso, mis primeras palabras esta mañana quiero que sean de agradecimiento hacia Encarna, por haberse dejado la piel durante los 39 años que, nada más y nada menos, lleva con nosotros, en los que siempre  ha aceptado con entrega y pasión cuantos retos le ha planteado HERALDO y HENNEO: “Querida directora, muchas gracias por estar siempre ahí”.

Tuvo vocación temprana hacia el periodismo, ya que con 15 años, en el colegio de su Barbastro natal, capital del somontano Altoaragonés, ya componía un periódico ciclostil con sus compañeros de clase. Le venía en los genes ya que su abuelo materno, Manuel Samitier, creó un periódico en 1919 llamado ‘Juventud’. Su entorno era de abogados y pirineistas, lo que hoy se entendería como una afortunada mezcla de respeto por el medio ambiente, conocimiento de leyes, y compromiso por su tierra.

Sus hermanas cuentan que desde niña le gustaba contar y que le contaran, lo que hace que escuche bien y narre bien. Tiene un notable poso cultural y literario, con impronta de los clásicos antiguos, de los españoles, y como buena fronteriza, de los franceses. Practica un periodismo basado en los principios más puros de la profesión: ver y mirar, para entender; ordenar y contar. Es un periodismo de contacto con la vida, con la gente. Esa clase de periodismo que sabe que la relación del periódico es, sobre todo, de empatía, más afectiva de lo que se suele suponer. Algo que, a pesar de la naturaleza distinta de HERALDO y ‘20minutos’, comparten los dos diarios: ambos son periódicos de cercanía, casi de intimidad.

Encarna ha practicado con éxito lo que podría llamarse periodismo cívico, incluidas campañas ciudadanas en donde los lectores se han visto adecuadamente reflejados y representados por un relato y un análisis que revela lo que llevan en su interior de una forma intuitiva o menos ordenada. Y lo ha hecho en multitud de soportes;  periódicos, revistas, tertulias de radio y televisión,  y siempre siguiendo la máxima de ese maestro del periodismo que fue el admirado editor del ‘The Guardian’, Peter Preston: «Change never stops, but we will always need journalism».

Entró en HERALDO como becaria de tercer año de carrera en 1979. Aún recuerdo como si fuera ayer cuando yo era un colegial en pantalones cortos y el autobús me dejaba en la puerta del periódico, que también era la casa de mis abuelos. Entraba muchos días a ver a los de comercial,  ya que siempre salía con algún jugoso soborno;  otras veces me deslizaba en la redacción, que me parecía un lugar mágico. Ahí conocí a “la guapa”, rodeada de esos señores feísimos con unas gafas imposibles que no paraban de fumar y decían unas palabrotas horribles. Pero no fue su belleza sino su enorme talento la que le llevó por todos los escalones de la casa. Primero en archivo, luego Cultura, Sociedad, redactora jefe y, finalmente, ser nombrada en el año 2000 subdirectora de Opinión que incluye, junto con el director Mikel Iturbe, la responsabilidad de los editoriales. Es decir, la firma corporativa, la auténtica esencia de nuestros valores y nuestros principios.

No lo tuvo fácil y fue todo por méritos propios, pero estaba en el lugar apropiado. Desde HENNEO vemos con naturalidad la igualdad de mujeres y hombres, tanto en salarios como en carreras profesionales. Tenemos la convicción de que es parte fundamental de nuestro éxito, ya que desde hace 80 años, todas las presidentas de HERALDO han sido mujeres. En 1939 mi bisabuela se quedó viuda y en esos años durísimos se puso al frente del periódico; el dictador impuso hasta cuatro directores y, como no pudieron con ella, le aplicaron una multa de 500.000 pesetas de los años 40, que a valor actual sería una millonada. Con el apoyo de sus dos hijas, mi abuela y su hermana, consiguieron salir adelante. 50 años más tarde, Pilar de Yarza, mi tía, se convertía en la primera mujer en presidir los periódicos españoles, una suerte de Catherin Graham española. Por eso es normal que Grupo HERALDO, hoy convertido en HENNEO, tenga a la única directora de un medio de información general de ámbito nacional.

Me van a permitir, como editor de prensa de quinta generación,  que reflexione brevemente sobre la situación actual del sector, y  les empiezo por reconocer que los medios de comunicación en España no hemos estado acertados en los últimos tiempos. El panorama mediático nacional no responde a un esquema ordenado y responsable, acorde con las exigencias que nos demanda el futuro.

Es cierto que hemos vivido, estamos viviendo, un terremoto, un cambio de época súbito e inesperado que no vimos llegar y que tuvo una capacidad de mezclar con velocidad una durísima crisis económica de naturaleza trasversal, con una reconversión del sector hacia un escenario de digitalización aún ignoto y lleno de incertidumbres.

Pero todo esto que les cuento, ya lo saben, incluso les puede sonar a excusa, una excusa en la que nos hemos refugiado para justificar nuestra propia impotencia. El primer error fue no darnos cuenta de lo que nos venía encima. El segundo, todavía más grave, fue pensar que desde nuestra sólida atalaya veríamos cómo se agitaba el mar sin sufrir un solo rasguño. Sufrimos el más dramático de los males: el pecado de la soberbia.

Sin reparar en la gravedad de los hechos nos limitamos a recortar gastos de nuestras cuentas de resultados, especialmente en personal, sin reconvertirnos en tiempo y forma y, peor aún, como editores no nos agrupamos para buscar soluciones comunes, conjuntas y consensuadas. Continuamos muy alejados los unos de los otros no ya en operaciones corporativas, obligadas cuando un mercado cae más de un 50%, sino en las más elementales como las industriales o tecnológicas, entendiendo que la competencia debería haberse centrado únicamente en el punto de venta. Así, divididos, tratamos de encarar nuestra reacción ante la caída de ingresos – tanto publicitarios como de venta de ejemplares – hablando de la posibilidad de incorporar el pago a nuestras ediciones digitales.

Nuevamente, no nos pusimos de acuerdo, Dejamos el mercado en plena desnudez, sin atender, como se ha hecho en buena parte de Europa, algo que he descubierto y sufrido como presidente de los Editores Europeos. La unión nos hubiera permitido luchar y negociar en clave de igualdad con los nuevos gigantes digitales y, especialmente, con los gobiernos e instituciones que deben regular un ecosistema adecuado que aliente la libertad de prensa. ¿Y que hemos hecho desde HENNEO estos últimos años?

Nuestro grupo, nacido a finales del siglo XIX, decidió hace una década iniciar una expansión de su actividad más allá de Aragón.

Empezamos, sin olvidar el compromiso con nuestra tierra, con una inversión estratégica en Vocento; participación que incluso incrementamos hace 18 meses, lo que  pone de manifiesto nuestra vocación de permanencia en ese importante grupo editor.

Casi al mismo tiempo y de forma complementaria lanzamos dos iniciativas que han resultado decisivas en la diversificación de HENNEO:

La primera de ellas es Factoría de Contenidos, productora audiovisual convertida en la actualidad en la número uno a nivel nacional por horas entregadas, que suministra programación a cadenas autonómicas y de ámbito nacional, y que es también pionera en entornos digitales.

La segunda, Hiberus, consultora tecnológica, con más de 800 ingenieros y programadores que se ha convertido por derecho propio en una referencia del mercado español, con crecimientos sostenidos en doble dígito y que consolida sus primeros hitos en su expansión internacional.

En unos años donde nuestro sector ha sufrido la tormenta perfecta a la que antes hacía referencia, ambos proyectos nos han permitido más que duplicar nuestro volumen de negocio, y algo mucho más importante y de lo que nos sentimos especialmente orgullosos, multiplicar por seis nuestro equipo humano, con más de 1.800 colaboradores de alta cualificación, con estabilidad laboral, salarios dignos y un ratio de mujeres muy superior a la media del sector.

Hay más. Hace dos años reforzamos el área de medios con la compra al grupo noruego Schibsted de la cabecera que hoy nos congrega aquí, ‘20minutos’. Cada mañana, de lunes a viernes, ponemos en la calle más de 300.000 ejemplares físicos siendo líderes indiscutibles en Madrid y Barcelona.

Su audiencia digital supera los 11 millones de usuarios únicos, siendo la segunda web de noticias en castellano a nivel mundial.

También, y tras no materializarse la compra del diario económico ‘Cinco Días’, adquirimos y relanzamos como diario digital especializado en economía, empresas y finanzas, ‘Lainformacion.com’, que en tan solo cinco meses se ha convertido en referencia obligada en el mundo económico y de empresas especializado.

Una actividad tan intensa en poco tiempo, aunque prudente y meditada, pero incesante, dispara rumores. Se nos ha vinculado con diversas operaciones en el sector que son imaginarias. Y se nos han adjudicado tutelas y padrinazgos que son radicalmente falsos. Detrás de HENNEO solo hay, y no es poco, la determinación y el compromiso vital de unos accionistas, de unos editores con mayúsculas, Pilar y Fernando de Yarza.

Ellos, con el apoyo de Ibercaja,  unos directivos perfectamente alineados con el proyecto, y un grupo extraordinario de colaboradores que son el alma de esta compañía, configuramos un equipo extraordinario.

Con humildad, esfuerzo y trabajo, junto con unas cuentas saneadas, hemos llegado hasta aquí, dispuestos a jugar un papel activo en la consolidación del sector a la que seguro asistimos en los próximos años,  quizás meses, con la credencial de haber desarrollado un modelo viable y sólido de negocios que se retroalimentan financiera y estratégicamente. Y todo ello siendo fieles a nuestro lema fundacional, esa impronta que llevamos marcada y que nos acompaña en cuantos proyectos abordamos, como el de Encarna en ‘20minutos’ que no es otra que nuestra independencia editorial, que por cierto no es sinónimo de neutralidad. No deben confundirse los términos.

Desde nuestra cuna aragonesa, HENNEO no es, ni quiere ser, neutral en defensa de nuestra Constitución, y de nuestra monarquía parlamentaria magníficamente representada por sus majestades Don Felipe y Doña Leticia, que nos ha dado las mayores cota de bienestar y justicia social de nuestra historia.

Ni somos neutrales en defensa las víctimas, tanto del terrorismo como de esa lacra que es la violencia machista, ni con el derecho de todos los ciudadanos a unos servicios públicos de calidad, especialmente sanidad y educación, y a un trabajo y una vivienda digna.

Y como decía en 1895, el primer editorial de HERALDO, piedra angular de HENNEO, publicado hace 123 años y que sigue plenamente vigente, no somos neutrales en defensa de la unidad de España, nuestro país, del que nos sentimos profundamente orgullosos; un país diverso y plural, pero solidario entre sus gentes.

Vivimos tiempos en que conviene proclamar este compromiso de manera clara y rotunda, sin dudas y sin reservas.

Nuestra exigencia es diaria y manifiesta, buscamos crear espacios editoriales asentados en la defensa de los valores democráticos y, por descontado, en la libertad de prensa e información, que por fortuna son valores constitucionales en España. Principios que, abiertamente practicados, contribuyen a crear una sociedad más culta, libre y formada, capaz de asumir a los retos a los que se enfrenta.

Y como a quien han venido a escuchar no es a mí, si no a la directora de ‘20minutos’, aquí concluyo y le dejo ya sin más dilación con este lujo de periodista que es Encarna Samitier.

Muchas gracias.